El 11 de mayo de 2012, en el Centro de Integracion Monteagudo, nos reunimos por primera vez para intentar lo que en las palabras parece obvio, pero que cuesta tanto concretar: el trabajo mancomunado, en un ámbito donde las personas que transitan la situación de calle y las organizaciones, los voluntarios y los profesionales que los acompañamos, nos encontremos en una red que nos sostenga y nos impulse a marchar todos juntos. Es que, dijimos ese día, la cultura individualista nos termina ganando si no le oponemos resistencia.
Así fue que empezamos a armar un nuevo espacio colectivo desde el cual luchar aunadamente. Un espacio plural, protagonizado por las personas y familias en situación de calle, que contenga a laicos y religiosos, distintas expresiones políticas y diferentes miradas de lo social y lo estatal, si bien todos con una consigna clara: que, salvo para quienes así se lo propongan como estilo de vida, la calle no es un lugar para vivir. Y como ese 11 de mayo se cumplía un nuevo año del asesinato de Carlos Mugica, el cura de los pobres, el cura villero, decidimos llevar su nombre y retomar su lucha con humildad y emoción, para hacer entre todos lo que no podíamos hacer solos.
A dos años de ese primer encuentro, podemos ver que la lucha colectiva dio sus frutos: en 2012, con nuestros distintos plenarios y actividades de reflexión, en los que fijamos una agenda de acciones conjuntas para el año siguiente; en 2013, con el logro de la reglamentación de la ley de la Ciudad de Buenos Aires para la protección integral de los derechos de las personas en situación de calle y en riesgo de ella, y la conformación de una mesa de trabajo con funcionarios del Poder Ejecutivo porteño para exigir el pleno cumplimiento de esa ley y su reglamentación.
En las jornadas públicas de protesta y movilización que realizamos en Plaza Congreso y en otros puntos de nuestra ciudad, demandamos -con la fuerza de miles de firmas en apoyo de nuestras reivindicaciones- no solo esa reglamentación, sino también la aplicación plena de la ley de Provincia de Buenos Aires y la creación de una ley nacional y de un plan de intervención para todo el país.