Hace un año, el 11 de mayo de 2012, nos reunimos en el Centro de Inclusión Social Monteagudo, para iniciar un trabajo mancomunado, en red. Es que, dijimos ese día, la cultura individualista nos termina ganando si no le oponemos resistencia. Así, empezamos a armar un nuevo espacio colectivo desde el cual luchar aunadamente. Un espacio plural, que contuviera a laicos y religiosos, a distintas expresiones políticas y diferentes miradas de lo social y lo estatal, pero todos desde una misma visión: que, salvo para quienes se lo propongan como estilo de vida, la calle no es un lugar para vivir. Ese día se cumplía otro aniversario del asesinato de Carlos Mugica, el cura de los pobres, el cura villero. Y decidimos llevar su nombre, con humildad y emoción, para procurar seguir su ejemplo.
El sábado pasado, 11 de mayo de 2013, volvimos a juntarnos en asamblea las personas en situación de calle y en riesgo de ella, vecinos, profesionales, organizaciones y voluntarios, para hacer un balance de todo lo realizado y acordar nuevas acciones para exigir el cumplimiento de la Ley 3706 y su reglamentación, y la protección integral de los que sufren la situación de calle todo el año y todo el tiempo, si bien su desamparo es mayor ante el frío del invierno.
Fue un encuentro donde celebramos lo hecho y redoblamos el compromiso para seguir adelante, un compromiso fundado en el amor y en la vida creadora, tal como lo entendía el Padre Mugica: "los hombres están condicionados, determinados por las estructuras en las que viven... tengo que amar a los seres humanos y amar las estructuras que contribuyen a que esos seres humanos se realicen como hombres, a que vivan creadoramente... y debo tratar de destruir o modificar las estructuras que les impiden vivir de esa manera."
Continuamos firmes en el camino trazado por él, y hacemos nuestras sus palabras.
